Ese barco velero cargado de sueños,
Cruzo la bahía
Me dejo aquella tarde agitando el pañuelo
Sentada en la orilla
Marinero de luces, con alma de fuego y espalda morena
Se quedo tu velero perdido en los mares
Varado en la arena.
Olvidaste que yo gaviota de luna
Te estaba esperando,
Y te fuiste meciendo en olas de plata.
Cantando, cantando
te embriago aquella tarde
el aroma del mar
olvidaste que yo golondrina del aire
Te estaba esperando,
te llevaste contigo mis ultimos besos
mis ultimos años
Te embriago aquella tarde
El olor de azahar.
Ese barco velero cargado de sueños cruzo la bahía.
Ese barco velero cargado de sueños cruzo la bahía
Me dejo tu mirada de fuego encendido
Clavada el la mía
Marinero de luces de sol y de sombra, de mar y de olivo
Se quedo tu silencio de rojo y arena
Clavado en el mío
Hoy pongo en la cabecera de este post la letra de la canción que muy sabiamente escribió José Luis Perales para Isabel.
Supo leer muy bien José Luis, la pena y el abandono que la muerte del torero supuso para Isabel. Una de las canciones de despedida más tristes y sobrecogedoras que se han escrito. Sólo Isabel podía cantarla así. Sólo Isabel podía despedirse así de su marido.
Nadie le echa de menos como ella, ese desgarro en la canción, esa pena...