"No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierdan",así rezaba una crítica en un diario cuando Lola actuó en el Madison Square Garden.
Un terremoto de la copla, del arte, del baile...un terremoto que arrasó en los escenarios, en su vida privada, familiar. Es quizá junto con Isabel Pantoja la folclórica que más ha dado de comer a la prensa rosa, prensa del corazón que la trató siempre con gran respeto y dignidad. Ganó dinero con ellos y ellos con ella.
Lola era mucha Lola. Grande entre las grandes. Hija, esposa y madre de artistas, una auténtica matriarca que velaba por los suyos para darles el espacio que creía que merecían sólo por haber nacido de ella.
La venero, la adoro, a pesar de haber mantenido siempre una guerra soterrada con mi querida Isabel, que le robó el novio a su hija.
Lola jamás se lo perdonó a la Pantoja y de ahí su eterna rivalidad y ese mirar por encima del hombro.
Su canción más reconocida y aplaudida "La zarzamora", que supo interpretar como nadie.
Se casó con Antonio González "El pescailla" guitarrista y uno de los precursores de la rumba catalana.
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